lunes, 23 de mayo de 2016

Esferas de la salud integral


Puede decirse que cada persona construye su propia vejez a partir de la forma como su genoma interactúa con el ambiente a lo largo de toda su vida”

Antrop. Luis Alberto Vargas
El proceso de envejecimiento conlleva un conjunto de cambios y desafíos que retardan la adaptación. Cada persona experimenta este proceso de forma diversa e individual.
Las actitudes y comportamientos que malogran un  proceso de envejecimiento enriquecedor y exitoso tiene un común denominador: la no aceptación del proceso mismo.
Lo importante es aceptar con realismo la nueva situación adoptando una postura abierta, positiva y flexible ante esta etapa, última del ciclo vital, e intentar vivirla exitosamente como su plena culminación.
Para esto se requiere, entre otras cosas, obtener el equilibrio de la salud humana, reaprender a vernos como seres integrales que interactuamos en varias esferas de la vida.
Esfera física: la salud bio-física que implica mantener nuestros sistemas orgánicos activos y funcionales y, de ser posible, libres de patologías, preservar las capacidades homeostáticas, respiratorias, digestivas, circulatorias, inmunológicas, motrices y perceptivas.
Esfera mental: la salud del pensamiento y las capacidades cognitivas, tan importante es mover el cuerpo como la mente para preservar la autonomía y la funcionalidad. El aprendizaje como premisa.
Esfera psicológica: la salud de las emociones, el manejo de las situaciones estresantes y la correcta gestión de los recursos emocionales.
Esfera social: la salud de las relaciones sociales, la riqueza y diversidad en los contactos personales, la calidad de las redes de apoyo, y la salud y aprecio de las relaciones familiares.
Esfera espiritual: la salud de la vida interior, basada en la relación personal con los conceptos del sentido de la vida, la fe, el amor, la vida y la muerte.
 
Rodolfo Jiménez Beltrán

Gerontólogo Social