Las edades de los integrantes de una de las bandas de rock más populares y emblemáticas de los últimos 50 años, oscilan de los 68 de Ronnie Wood a los 74 de Charlie Watts pasando por los 72 de Mick Jagger y Keith Richards, vaya imagen de la vieja guardia del rock británico (y mundial), nuevamente de gira, llenando estadios y abriendo fechas nuevas para sus conciertos.
Es una imagen que en lo particular no deja de sorprenderme y de alegrarme (nunca vi la foto de un Stone con sobrepeso), creo que son en la actualidad una de las imágenes positivas de vejez más difundidas a nivel mundial, no solo por su éxito profesional de décadas, ya en sí loable, sino por el derroche de energía que requiere un músico de esa talla en cada espectáculo que brinda.
Aunque ahora llego a pensar: ¿será que estos tipos cumplen el mito de que los viejos chupan la energía de los jóvenes? ¿Y en cada concierto, en cada gira, en lugar de desgastarse, son ellos los que se llenan de más y más energía, y “rejuvenecen” cada vez que la multitud de jóvenes y, por supuesto, muchísimos adultos y viejos los ovacionan?
Como sea, los Rolling Stones encarnan ya un nuevo arquetipo de la vejez en el siglo XXI.